lunes, 1 de diciembre de 2014

La promesa del renacuajo, Jeanne Willis y Tony Ross

La literatura infantil está repleta de autores subversivos que apuestan por cruzar el límite de lo políticamente correcto e ir más allá en lo que a contar historias para niños se refiere. Dos de estos nombres son Jeanne Willis y Tony Ross brillantes en sus libros tanto por separado como juntos, como sucede en el título que hoy hemos elegido para comentar:  La promesa del renacuajo.



Allí donde el sauce casi besa el agua,
un renacuajo se encontró con una oruga.
Se miraron fijamente a los diminutos ojos...

...y se enamoraron.

De esta manera tan edulcorada comienza La promesa del renacuajo. Una historia de amor entre una oruga, alias mi maravilloso arcoiris, y un renacuajo que también, si la que lo nombra es la oruga, responde a mi brillante perla negra.  Dos personajes antagónicos que como verdaderos enamorados, a los que les gusta toooodo lo del otro, decidieron prometerse que jamás cambiarían. 

Prométeme que nunca vas a cambiar
Te lo prometo, dijo el renacuajo.



Pequeño problema, porque obviamente en esta vida las cosas no permanecen inalterables, como nos gustaría a veces que sucediese y como sobre todo les gusta a los niños..., sino que tenemos que adaptarnos a la propia evolución, a los propios cambios que todo crecimiento conlleva. 

Y qué les pasa a la oruga y al renacuajo cuando, obviamente, no pueden cumplir su promesa y van viendo como la apariencia de la perlita negra va variando: primero con unas patas, luego con unas manos, luego sin cola...


Pues que la decepción por la promesa incumplida puede más que ese supuesto amor profundo que sentía la oruga por el renacuajo y decide poner fin a su historia de amor y desaparecer sauce arriba para llorar su pena dejando a un desolado renacuajo que no entiende nada de lo que está sucendiendo.


El tiempo no solo transforma las cosas, sino que también lo cura todo. Así una noche cálida nuestra oruga se despierta y al igual que el cielo había cambiado, los árboles habían cambiado, ella se había convertido en mariposa. Todo había cambiado menos una cosa: el amor que sentía por su renacuajo. 


Aunque él hubiera roto su promesa
ella decidió perdonarle.


Y hasta aquí puedo leer. Lo que os prometo es que el final de este libro no os va a dejar indiferentes. Estoy segura que habrá opiniones para todos los gustos, desde la que tuvo mi hija que buscando un final al uso quedó bastante decepcionada, hasta la media sonrisa de la boca de su madre o la incredulidad de muchos que se sorprende de cómo se puede ser tan brillante e irónico en un final para niños. Y es que los libros de Tony Ross y Jeanne Willis están escritos para niños que piensan, niños inteligentes que buscan en sus lecturas algo más que el típico ...y fueron felices y comieron perdices.



Estoy segura que esta historia os va a dar pie para poder reflexionar con vuestro niñ@s sobre muchos temas. Desde el ciclo de la vida, al amor más allá de la apariencia, o a la aceptación del otro tal y como es no como nosotros queremos que sea. Y, por supuesto que debemos tener cuidado con las promesas absurdas que nos hacemos a lo largo de la vida y que nunca podremos cumplir.

Espero que lo disfrutéis mucho. Os dejo algún otro título de este tándem que seguro que os gusta.





Os espero mañana con la mejor animación. Si os apetecen más recomendaciones literarias tendréis que esperar al próximo lunes en donde nuestras páginas se teñirán de espíritu navideño.

Mientras tanto, para seguir leyendo sobre libros, podéis pinchar en los siguientes enlaces. 






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