domingo, 27 de abril de 2014

50 imágenes fundamentales de La sirenita. El cuento de Hans Christian Andersen narrado por sus mejores ilustradores

Jennie Harbour, 1932

Allá, muy lejos, en el mar, el agua es tan azul como los pétalos de los lirios y tan trasparente como el mas puro cristal, pero también es muy profunda, tan profunda que ningún ancla alcanza el fondo y habrían sido necesarias numerosas torres e iglesias unidas para salvar la distancia entre el fondo y la superficie.


Es allí abajo donde vive la gente del mar.

Anton Lomaev

No se os ocurra pensar que allí  solo hay arena blanca, pues también crecen los árboles 
y plantas de las especies más raras. 

 Josef Palecek, 1978

Los peces pequeños y grandes escapan entre sus ramas...

Christian Birminghan, 2009

Y en el lugar más profundo se levanta el castillo del rey de los mares.

Rachel Isadora, 2000

Hacía muchos años que el rey se había quedado viudo, pero su anciana madre cuidaba de la casa 
y de sus nietecitas, las seis princesas marinas.


La más pequeñas de todas era la más encantadora. 

Heath Robinson

Tenía la piel tan suave como el pétalo de una rosa 
y sus ojos eran tan azules como un profundo lago, 
pero al igual que sus hermanas, no tenía pies:

su cuerpo terminaba con una cola de pez.

Arthur Rackham

Las niñas jugaban todo el día en los salones de palacio y en los alrededores del castillo. [...] Cada princesita tenía en el jardín un angulito donde podía cavar y plantar a su gusto. La más pequeña, una niña singular y reflexiva, plantó además de maravillosas flores una estatua de mármol  que representaba a un gracioso muchacho.

Ivan Bilibin, 1937

A la sirenita le encantaba escuchar a su anciana abuela narrando sus relatos sobre el mundo que 
había encima del mar, donde vivían los hombres; ésta les contaba todo lo que sabía sobre barcos, 
ciudades, hombres y animales.

Kay Nielsen

La abuela les prometió que cuando cumplieran quince años les daría permiso para subir a la superficie 
y sentadas a la luz de la luna  pudieran contemplar los grandes naves, las ciudades y los bosques.

Dorothy Lathrop

Y año tras año  fue cumpliendo la promesa. 

 Harry Clarke, 1916

Cinco años fueron los que debió esperar la pequeña sirena,
 la más ansiosa de todas por conocer cuanto acontecía allá arriba en la superficie.

Chihiro Iwasaki, 1991

En estos cinco años hubo de contertarse con los relatos de sus hermanas. Cuando por la noche se quedaba 
sola ante la ventana miraba hacia arriba  y se imaginaba la ciudad con sus luces y música 
e incluso creía oír el sonido de las campanas.

Hey Paul 

Por fin llegó el día en que cumplió quince años. Su abuela la anciana reina viuda, le dijo:
-También tú eres mayor. Voy a adornarte como a tus hermanas.

Anton Lomaev

Puso en su cabeza una corona de lirios blancos y en su cola ocho ostras
 para dar a entender su alto rango.

Nika Goltz

Charles Santore

Y, rauda y veloz, subió a la superficie.

Honor Appenton, 1922

El sol apenas se había ocultado. La brisa era suave y fresca y el mar estaba en calma y
allí cerca podía verse un navío y a los marinos  sentados contemplando el ocaso.

Maxwer Armfield, 1913

La sirenita se acercó al barco nadando y cada vez que las olas se elevaban podía ver por los 
cristales a muchas personas elegantes.

Rachel Isadora, 2000

Ese día precisamente era el cumpleaños de alguien y por ello había una fiesta.

Katie Thamer Treherne, 1989

 Era el cumpleaños del príncipe.

Kay Nielsen

La sirenita nunca había visto fuegos artificiales... Pero lo que más le gustó de todo 
fue el príncipe... era guapííííííísimo.


Kay Nielsen

Se hizo tarde, las luces se apagaron pero la sirenita continuó
allí mirando el barco.

John Waterhouse, 1900

En eso, el barco comenzó a moverse lentamente, 
poco a poco las olas se hicieron mayores y se oyó a lo lejos un ruido de truenos. 
¡Una tempestad se avecinaba!


Todos corrían como locos... 


Anne Anderson

el barco crujía...


Christian Birminghan, 2009

de pronto el palo mayor se partió como si de una caña se tratase y el barco
 cayó de costado mientras el agua lo inundaba todo


Anton Lomaev

Durante un rato fue tal la oscuridad que la misma sirenita no veía nada. Cuando la luz de algún
 relámpago refulgía ella buscaba a su príncipe.

 
Helen Stratton, 1910

Y lo vio justo en el momento en el que el mar parecía tragarlo.

En un primer momento se alegró pues así estaría en sus dominios pero enseguida se dio cuenta de 
que los hombres no podían vivir bajo el agua y 
que moriría antes de llegar al castillo de su padre.

 
Kay Nielsen

Su principe no debía morir. Nadó entre las vigas hasta que lo encontró...

Arthur Rackham

y consiguió salvarlo sosteniendo su cabeza fuera del agua.

Gennady Spirin

A la mañana siguiente el mar volvió a estar en calma.

 
Hans Tegner, 1853

 Entonces vio tierra firme. Nadó hacia allí y lo depositó con sumo cuidado en la arena...


A. W. Bayes, 1888

pendiente de que tuviese la cabeza levantada en dirección al sol.


 Sulamith Wulfing, 1953

Comenzaron a sonar las campanas y la sirenita decidió alejarse 
y esconderse tras la roca tampándose para que nadie la descubriese.

Hellen Strator, 1899

No tardó mucho en llegar una jovencita, que pareció asustarse, 
pero enseguida corrió a buscar a otras personas. 

 Boris Diodorov

La sirenita vio como el príncipe se reanimaba pero ella se sintió triste pues el príncipe
 no recordaba quien le había salvado. 
Así que se hundió en el agua y volvió al castillo de su padre.

 Gabriel Pacheco

Frecuentemente volvía al lugar donde había depositado 
al príncipe pero nunca lograba verlo a él.

July, 1904

Un día, cuando ya no podía aguantar mas su pena, decidió contar la historia a una de sus hermanas. 
Pronto se enteraron las otras y se lo conatron a dos sirenas amigas quienes 
le llevaron al lugar en el que castillo en el que vivía el príncipe.

El castillo estaba construido con piedras amarillas y tenía grandes escaleras de mármol, 
una de las cuales conducía hasta el jardín.

Kay Nielsen

Desde ese día la sirenita subía por el canal que le llevaba directamente al jardín...


Christian Birminghan, 2009

y allí se postaba y esperaba a que apareciese el joven príncipe.

Charles Santore

Pasaron los días y el cariño que sentía la sirenita hacia los hombres en general 
y hacía su príncipe en particular fue en aumento. A la sirenita cada vez deseaba 
mar convertirse en humana y conseguir que su princípe se fijase en ella.

E.S.Hardy, 1890

Así un día que el resto de los habitantes de palacio estaban de fiesta ella decidió ir en busca
 de la bruja del mar para que le ayudase a conseguir sus deseos

Katie Thamer Treherne, 1989

Se dirigió hacia los abismos del Maelström, detrés de los cuales vivía la bruja. 
Nunca se había acercado a un lugar tan inóspito.


La sirenita tenía miedo ante lo que veía, su corazón saltaba del pecho.  Quisó volver hacia atrás
 pero el pensamiento del príncipe y el deso de conseguir un alma inmortal le dio nuevos arrestos.

Continuará...


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1 comentario:

  1. Me encantó excelente blog. No puedo esperar a la continuación. Hay otros Blogs? Saludos

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